Los hogares unipersonales se triplicaron entre 1990 y 2020. Conoce acá los motivos y los desafíos y oportunidades para el futuro.

Hoy día, el 19% de los hogares chilenos está formado por una persona. También predominan las llamadas familias nucleares, compuestos por máximos tres individuos, y lejos quedan las estructuras extensas de más de seis miembros.

Esta tendencia hacia hogares más pequeños y nucleares es parte de un cambio global anticipado por teóricos como William Josiah Goode, quien asoció la modernización con una transición hacia formas familiares más compactas y centradas en el núcleo: padre, madre e hijos.

La Universidad Adolfo Ibáñez quiso profundizar en las causas de esta evolución y lanzó el estudio ‘Hogares en transición: el cambio de estructuras familiares en Chile post 1990’. “Gracias a este estudio develamos tendencias que no solo reflejan el impacto de la modernización, sino que también proyectan desafíos y oportunidades para el futuro, por ejemplo, en términos de urbanismo”, señala Ricardo González, director del Laboratorio de Encuestas y Análisis Social de la UAI.

En 1990 los hogares unifamiliares alcanzaban apenas el 7%, mientras que hoy esta cifra va en aumento. Y el fenómeno se da tanto en adultos jóvenes que viven solos, como en personas de la tercera edad. ¿Las causas? Son varias. Una de ellas es la disminución de la tasa de natalidad, ya que la cantidad de hijos por mujer en Chile ha disminuido de manera significativa, de 2,6 a 1,5 en 2021. Otro factor importante es el aumento de personas de la tercera edad que pasan a vivir en soledad. Por un lado, están aquellos que lo han preparado a conciencia, los hijos se han marchado del hogar familiar y disponen de una buena situación económica. Pero están los que se ven obligados a vivir en esa condición, muchas veces de forma precaria, a pesar de contar con ayudas estatales.

¿Cómo afecta al habitar del futuro?

El estudio da cuenta de que los cambios detectados plantean desafíos significativos, especialmente en el cuidado y apoyo a la creciente población de adultos mayores que viven solos, y en la adaptación de las políticas de vivienda y urbanismo para acomodar hogares más pequeños y diversificados. “Este estudio no solo proporciona una fotografía de cómo han cambiado los hogares en Chile, sino que también invita a reflexionar sobre cómo estas tendencias afectarán todo, desde la política social y la planificación urbana hasta la salud mental y el bienestar comunitario en las décadas venideras”, concluye Ricardo González.

Fuente: Publimetro